Participé el viernes de la marcha de repudio a los 30 años del golpe militar que instauró la dictadura más sangrienta que se vivió en nuestro país. Fue la segunda vez que lo hice.
Marchar fue la consigna más importante, recordar y exigir justicia y castigo para quienes nunca fueron ni acusados ni juzgados, uno de los reclamos más fuertes.
En nuestra ciudad, Rosario, la marcha y el acto tuvieron más de 25 mil asistentes. Cuadras y cuadras de mujeres y hombres de todas las edades, jóvenes, niños, niñas caminaron, cantaron, aplaudieron, por las calles del centro de la ciudad.
Luego de la marcha, en el patio cívico del Monumento a la Bandera, frente al río Paraná, escuchamos a dos Madres de la Plaza, darnos sus palabras, con muchos recuerdos, pero con tanta fuerza puesta en lo que vendrá, que fue no sólo emocionante, sino que aportó esa cuota de esperanzas que se necesita para seguir con cualquier lucha. Luego se leyó el documento elaborado por la Multisectorial que convocó a la marcha y acto. Y aquí, como en Buenos Aires, las Madres y Abuelas no adhirieron a este documento, que en nuestro caso era duro con el gobierno nacional, y sobre todo con el provincial, al que se responsabiliza de las muertes del 19 y 20 de diciembre de 2001, y la inundación de la ciudad de Santa Fe en 2003.
Igual eran muchas las reivindicaciones. Luego con quienes compartimos gran parte de la marcha, algunas mujeres de MAR, y amigas, pensamos que el documento era demasiado, incluía demasiados reclamos.
Y ayer por RIMA, leí el texto que Liliana Daunes escribió de su experiencia de haber estado en la marcha y acto en Buenos Aires, y en su caso además, leer parte del documento consensuado por quienes convocaron a la marcha. Hay un párrafo que quienes subieron el texto de Liliana a Indymedia resaltaron, y creo que es el que a mí me gustó para compartir con ustedes:
Nuestros 30.000 compañeros y compañeras no aceptarían jamás que se los recuerde, olvidando a los trabajadores reprimidos salvajemente y varios de ellos presos en Las Heras por reclamar trabajo, olvidando que el pago de la deuda externa se realiza al mismo tiempo que continúa el hambre de nuestro pueblo, o mirando para otro lado cuando se participa con fuerzas militares argentinas de la invasión a un pueblo hermano como Haití.
Pero no puedo negar que el recuerdo suele recortar, y que quienes se benefician de esos recortes, aprovechan todos los silencios, y cuando no hay silencio, bueno, hacen de todo para que haya mucho ruido alrededor y no se pueda escuchar claro.
Y otra cosa que quería remarcar es el discurso de Hebe de Bonafini en la vigilia del jueves en Plaza de mayo. Antes de terminar dijo claramente que los jueves se va a seguir marchando, creo que con una clara intención de no entregar ese espacio de resistencia. Me sonó a mí como un sí me equivoqué, dije que no iba a marchar más, y en realidad hay que seguir haciéndolo.
En RIMA armamos una galería con fotos de la marcha del viernes. Y en Indymedia podrán leer el documento que se leyó acá y ver fotos de las marchas de otras provincias, como Córdoba donde hubo 40 mil personas. El documento del acto de Buenos Aires, lo pueden leer en la página del Encuentro 30 años por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Y además leer comunicados luego del acto, y el texto completo de Liliana Daunes.
También les recomiendo leer el diálogo de marta Dillon con tres ex detenidas, entre ellas Adriana Calvo, coordinadora de la marcha y acto del 24 en Buenos Aires, en el suplemento Las 12 del viernes pasado: Esas voces, estos oídos
Foto: La marcha del viernes 24 de marzo en el atardecer rosarino. Foto: Gabriela De Cicco.
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