Defendian chicas de Estados Unidos el homosexualismo

No, no se asusten, ese no es mi título, sino que lo saqué de un titular de primera plana del diario mexicano Excélsior de hace unos 30 años más o menos.

Estaba escribiendo una nota para un suplemento y mientras hice un poco de archivo me encontré con ese titular que cita Claudia Hinojosa en su artículo "Una turbulencia imprevista' en la publicación "La travesía de las mujeres lesbianas por el feminismo internacional" en coautoría con Charlotte Bunch.

Mi hizo gracia el titular, que es bien descriptivo, pero que a su vez está cargado de mucho prejuicio, porque las notas en el interior del diario y sobre todo la editorial trataba a las "chicas" de cínicas, descaradas, que pretendían inscribir su patología en la Carta de los Derechos Humanos así que como ven el título del periódico era el cínico en este caso...

Y pensaba que en 30 años, la "turbulencia imprevista" que contaba Hinojosa había ocurrido en el DF mexicano en 1975, las lesbianas hemos puesto el cuerpo, la cara, la cabeza, y algunas mucho más, por defender ese espacio que a veces es un espacio amargo, o agridulce en los medios, en la calle, entre los movimientos sociales y políticos.

Ojalá pronto podamos empezar a pensarnos con mayor autodeterminación, con más autonomía, perdiéndole el miedo a la etiqueta, como cuestión de identidad, y a la vez, dejando que la etiqueta descanse un poco y caminar libres de esas cosas que a veces se quedan rígidas y nos encorsetan de nuevo en otros estereotipos.

Uno de esos días

Sí, hoy es uno de esos días... Es verano, y estamos en un final de febrero lluvioso y caluroso, bien tropical, llueve casi todos los días.
Y además es uno de esos días.

En la librería leía unos nuevos libros, bah uno nuevo, el otro era nuevo sólo para mí. "Los misterios de la Edad Media" de Thomas Cahill parece interesnte porque habla de la situación de las mujeres y lo hace contando la historia a través de sus ciudades, a la manera de un peregrinaje histórico y de aventuras a semejanza de los cuentos de Canterbury de Chaucer. Es entretenido.
Y el otro es un libro sobre 7 gatos, ahora no recuerdo bien el título, luego actualizré la entrada para citar correctamente. Allí un gatito nuevo en la familia, Bitty, le 'enseña' a su nueva dueña un comportamiento que a ella le llamó la atención y a mí también. Mientras intentaba ser aceptado por los otros gatos no se achicaba ni escondía, aguantó los golpes, los bufidos, se cayó y se volvió a levantar para seguir como si nada, siendo él mismo ante los otros, y pronto encontró que uno de ellos le hizo lugar para que comiera.
Me gustó esa historia, me hizo dar cuenta de que yo estaba ocultando mis sentimientos, para ser aceptada. Hoy me di cuenta de que mis sentimientos son muy válidos, son míos por empezar y que no quiero ocultarlos porque no tiene sentido. No hago mal alguno con ellos, y sí me hago mal a mí misma ocultándolos.
Así que lo escribo acá para acordarme que hoy, 27 de febrero de 2008, me di permiso.