- Una historia lésbica es el romance central del tercer film de Fatih Akin. “Al otro lado” ganó varios premios internacionales, pero lamentablemente no llegó a participar en la competencia por mejor film extranjero del Oscar. Se estrenó comercialmente en Rosario esta semana, aunque el Cine club Rosario la dio en preestreno el año pasado.
Por Irene Ocampo
“Al otro lado” tiene en su historia amorosa central, a la pareja de Ayten y Lotte, dos chicas de orígenes muy distintos, que se encuentran fortuitamente y comienzan una historia de amor y drama.
Su relación es el centro del film, ya que nos permite unir los elementos que el director nos quiere contar: el encuentro entre el mundo occidental, que encarna Lotte, y lo no occidental que encarna Ayten, la joven turca.
Este encuentro de Ayten y Lotte es central.
Por un lado la juventud sedienta de justicia, y la necesidad de afecto y lograr comunicarse con alguien le permiten a Ayten atraer a Lotte, primero al instalarse en su casa como refugiada, y luego, involucrándola en su activismo político en Turquía.
De esta manera todos los temas del film de Akin estallan en este encuentro y la relación que se entabla.
Según su director eligió a dos mujeres, para justamente salirse del cliché de la chica turca que se enamora del rubio teutón, y porque es (más) sexy (sic).
Las actuaciones están a la altura de los temas que se tratan. Tanto Nurgül Yesilçay como Patrycia Ziolkowska le dan vida y color a sus Ayten y Lotte. Tal vez por el peso que le toca en la historia Yesilçay provoca en la audiencia todo lo que su personaje se propone. La belleza casi latina supongo que hará recordar en la platea local a una Salma o a una Sonia (Braga).
Aunque esta historia no tiene un final estrictamente feliz, su tragedia va más allá de una tragedia en clave del colectivo lgtbiq.
Como en el mapa relacional que Alice de The L Word traza alrededor de Shane, aquí Lotte y Ayten le permiten a Akin enlazar las historias de Nejat, el profesor, Ali Aksu, su padre preso por matar a la madre de Nejat y luego Susanne, la mamá de Lotte.
El mapa aquí tiene dos núcleos, y entre ellos Hamburgo en Alemania e Istanbul en Turquía son también dos polos que se atraen y repelen.
Una historia de amor en la que no faltan los toques trágicos causados por accidentes casi inocentes. Ni tampoco el personaje que sacrifica todo hasta incluso dar su vida por la otra. Pero cuando creíamos que nada más trágico podía suceder la curación y la redención asoman.
La forma en que Susanne, la madre de Lotte, una Hanna Schygulla madura y genial, ayuda a Ayten a salir de la cárcel, permite que esa historia de amor se transforme.
Ayten, Nejat, y Susanne ven esa transformación, o esperan algo, o ayudan a producir el cambio. Para el personaje de Ayten, la activista política, Akin se inspiró en las cantantes kurdas. Según dijo en una entrevista la libertad de expresión tan dada por sentada en Occidente, es una lucha constante en Turquía. Para Akin, Ayten es una persona apasionada por luchar por una causa, y eso la vuelve sexy, algo que el director necesitaba mostrar en uno de sus personajes. Su intuición, el modo en que se mueve en la calle la vuelven atractiva.
“Me ha influido mucho "El arte de amar", de Erich Fromm. Me fascinan las relaciones humanas. No me refiero solo a las relaciones entre hombres y mujeres, a las relaciones sexuales, sino entre padres e hijos, al conjunto de las relaciones. En mi opinión, si hay guerras en el mundo, se debe a que el hombre no ama bastante al prójimo. También pienso que la pereza engendra el mal; es más fácil odiar que querer”, dijo Akin, anticipando ya el tema de su próximo film.
Se puede ver en Rosario esta semana en cines del Siglo: a las 16:10 y 20:30
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