Sweetie, de Jane Campion
Hoy es un día especial: además del primer post, algo que quería y sentía que me debía escribir, vi "Sweetie" de Jane Campion, por lo que he visto todos los largometrajes de esta directora neocelandesa.
"Sweetie" en realidad es su primer largo, de 1989, y es la historia de dos hermanas, Kay y la que le da título a la peli.
Para esa época Campion ya había trabajado en la "Australian Women's Film Unit", y había debutado como directora en la Televisión Autraliana con el corto "Two friends" (1985). Nacida en Waikenae, Nueva Zelanda, el 30 de abril de 1954, de madre escritora y actriz teatral, Edith Campion, y de padre director teatral y operístico, Jane estudió en Nueva Zelanda y se recibió de directora en la Australian Film and Television School.
Si bien la peli, escrita y dirigida por Campion, quiere hacer centro en S., es Kay la que lleva el papel principal. La primera sensación rara se siente cuando Kay se le tira a un chico porque tiene en su frente un signo de interrogación, ése que una mujer que le leyó la borra del café le predijo. Esto sucede en el comienzo del film, y desde allí habrá una tras otra, escenas que juegan con la lógica y el sinsentido, el absurdo y los recuerdos, mezclados con la fantasía y los sueños. Esto está ayudado, más que por los diálogos, por los planos largos de la cámara, los fuera de cuadro, los ángulos inverosímiles (me hizo acordar a la primera película de Lucrecia Martel) y los juegos con los tonos de los colores de las escenas. Hay una alfombra estampada en tonos crema y rojizos, que será una especie de telón de fondo de cómo Kay esconde un arbolito que le trae malos presagios, su hermana se instala con su novio-productor en su casa de prepo y cómo su novio se aleja de ella.
Hay más para ver en esta peli, es en parte un cúmulo de cosas que no se desarrollan demasiado. Pero esto es un poco lo que pasa cuando entramos en una historia familiar, vemos sólo una parte, ¿no?
No voy a hacer acá un resumen, ni voy a contar el desenlace, sólo les recomiendo que la vean. Hay que aprovechar que Campion es una de las pocas directoras, y encima no es norteamericana, de la que se pueden ver todas sus películas en Argentina. Y si bien ella no se considera feminista, su cámara apela a los ojos de una mujer como espectadora de sus películas, algo que no es poco para llevar al cine otra mirada no hegemónica sobre las relaciones humanas, y en especial sobre las mujeres.
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