Yo no estoy de acuerdo para
nada. Me parece una medida hecha contra algunos importadores (q mueven
$$$) en específico, pero en mi opinión no proteje ni por lejos a las
editoriales locales. Hay MUCHAS alternativas para promover la industria
editorial local, aunque tengamos un mercado chico. Fíjense nomás todavía
no tenemos una ley del libro!
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lo anterior lo publiqué ayer por el Facebook, a las pocas horas q publiqué esto, hubo un retroceso en las medidas regulatorias, muy saludable, por cierto. Otra cosa muy positiva es el inicio de un debate en torno a las políticas (o su falta) en el sector. Entonces sigo con mi idea: los libros se hacen con la escritura, en primer lugar y luego con materiales y mano de obra. Cuando se hacen acá muchos de esos libros tienen insumos importados: tintas, papeles, e incluso la escritura, cuando el original fue traducido (ahí hubo que pagar derechos –en dólares o euros–).
De ahí quecreo que la regulación de importación de libros tiene que estar regulada, sí claro, pero con algún criterio que represente al amplio sector editorial local, y no solamente a las grandes multinacionales que operan los sellos más fuertes.
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