Espacio de encuentro para mujeres lesbianas y bisexuales
Queremos generar un lugar de intercambio y ayuda mutua, proveer información y brindar contención, facilitar la comunicación para mujeres que aman a mujeres.
Te esperamos, somos tus pares
Reuniones quincenales. Próxima sábado 31 de agosto, 18hs. en Chavela Bar, Ayacucho y Zevallos. Rosario
Es en el ciclo Nos leemos, que coordina Gustavo Pecoraro. La mesa la integramos: Marta Cwielong, Edgar De Santo, Alejandro Modarelli, Irene
Ocampo, Jorge Paolantonio, Gustavo Pecoraro, y Mauricio Portillo. Viernes 30 de agosto, 21.30 horas en Casa Brandon, Drago 236, Buenos Aires.
Hoy traigo este texto de William Puente para conmemorar el Día del Niño con un poco de historia. Después decimos que Paraguay es un país pobre, atrasado, que viven y trabajan descalzos y esto y aquello... Tal vez podríamos hacer una búsqueda histórica y entender un poco qué fue lo que ocurrió en la horrible guerra de la Triple Alianza, o Guerra del Paraguay. Este texto me ayuda a reflexionar.
Día del niño en Paraguay
Hoy se conmemora el Día del Niño en Paraguay. No es una celebración festiva. Recuerda la Batalla de Acosta Ñu o De los Niños, la última de las grandes batallas de la Guerra de la Triple Alianza que se desarrolló entre 1864 y 1870, y uno de los episodios más crueles y sangrientos de aquel conflicto.
Entonces se habían unido los Ejércitos nacionales de la Argentina de Mitre, del Brasil del emperador Pedro II y del Uruguay del dictador colorado Venancio Flores para arrasar al Paraguay, el primer país de Sudamérica que tuvo hornos de fundición, como el de Ybicuí, ferrocarriles, hospitales modernos para la época y el mayor ingreso por cápita de la región, donde no había mendigos en las calles y que se autoabastecía sin necesidad de importar del Viejo Continente. Los tres aliados cumplían el mandato de Gran Bretaña, interesada en el algodón paraguayo y ansiosa por colocar sus productos en un mercado cerrado a sus exportaciones. Paraguay era un “mal ejemplo” para el continente.
Los dos mayores ejércitos del sur americano, más las tropas de Uruguay, con el respaldo de la mayor potencia económica y colonial de la época tardaron seis años en abatir la valiente resistencia del pueblo paraguayo. Para ello prácticamente exterminaron a toda su población masculina.
El 16 de agosto de 1869 una división de 20.000 soldados brasileños, con el apoyo argentino, combatió durante ocho horas contra una dotación de 3.500 niños paraguayos de entre 6 y 14 años de edad. Los aliados ya habían tomado Caacupé, destruido y desmantelado la fundición de hierro de Ybicuí, incendiado todas las casas de Piribebuy después de violar a las mujeres y degollar a los hombres, y avanzaban incontenibles hacia Barrero Grande. Bernardino Caballero intentaba alejarse con el batallón infantil encargado de empujar las grandes carretas cargadas con provisiones y algunas municiones, pero los chicos quedaron inmovilizados en el terreno pedregoso y formaron una fila defensiva en el campo de Acosta Ñu. Muchos se habían disfrazado con barbas postizas hechas con chalas de choclo, para impresionar al enemigo y hacerles creer que eran hombres, y los más sólo llevaban palos tallados con formas de fusiles, de modo que a la distancia parecieran formar un ejército bien armado.
Por la tarde se sumó la temible caballería imperial brasileña que en la primera carga rompió las filas de los defensores. Al advertir que aquellos soldados sólo eran niños, perdieron el miedo y llevaron a cabo una matanza indescriptible. Bajaban de sus cabalgaduras y los degollaban. Los niños se abrazaban llorando a las piernas de sus verdugos para rogar que no los mataran. El jefe de la división, el Conde d’Eu, ordenó el exterminio, que incluyó a muchas madres de los pequeños que habían corrido en su defensa. Al finalizar la batalla se contabilizaron más de 2.000 niños muertos. Los brasileños sufrieron 46 bajas. Hasta donde alcanzaba la vista, el campo de Acosta Ñu y los arroyos Yuquyry y Piribebuy quedaron teñidos por la sangre. Después los vencedores prendieron fuego los pastizales y sólo se escucharon alaridos de dolor. Por William Puente
Domingo Faustino Sarmiento justificaría luego con frialdad al finalizar la Guerra: “Si hemos vencido fue porque hasta a los niños paraguayos hemos matado”. (*)
Ya sé que varias veces intenté mantener este blog, intentando postear entradas más seguido.
Hoy tengo de nuevo ganas, tal vez con otras ideas más concretas que en anteriores oportunidades.
Trataré de encontrar otro diseño para que eso también acompañe la nueva etapa.
El malvón de mi balcón siempre me inspira para que le saque fotos.
Como muchos/as saben son muchos los temas que me interesan, voy a tratar de agrupar por grandes grupos para que no se me desbanden las ideas: Música, Literatura, Artes, Cine.
Y esto visto desde la mirada queer-lésbica-feminista descentrada desde el sur del continente latinoamericano.
Y por qué no, sumando nuevas visiones a esta mirada.
Sin más introducciones, paso al tema de mi vuelta a la esfera blogueril.
Escucho habitualmente el programa radial "Vidas ejemplares" de Alaska (Olvido Gara es su nombre real, lo descubrí hace poquito) en Radio Gladys Palmera. Todo tiene nombre y pondré los links al final o por ahi para que vayan y chusmeen, porque son algunas de las causantes de que haya vuelto a creer en el poder mágico de la radio.
Mientras escuchaba el programa de Alaska dedicado a Frank-n-furter, el personaje travesti de la película Rocky Horror show, me enteré de que la versión española de Jesuscristo superstar la hizo en España Camilo Sesto en los años '70 del siglo XX, y ahí sin más, Alaska nos recomendó que dediquemos 5 minutos de nuestra vida a escuchar con atención una de sus interpretaciones musicales preferidas de todos los tiempos, el diálogo del Getsemaní de la obra, que canta el mismísimo Camilo. Acá les dejo entonces, el clip con el audio ensamblado a unas escenas del musical interpretado por el músico español. Espero que lo disfruten tanto como lo disfruta Alaska, y como lo disfruto yo. Hasta la próxima entrada! pórtense mal, irene.